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Carta a Almodóvar – Comités de Resistencia Popular Palestina

Carta a Almodóvar – Comités de Resistencia Popular Palestina

Estimado Pedro,

Te escribimos desde los Comités Populares de Resistencia de Palestina. Somos un movimiento de resistencia no violenta que se opone a las políticas colonizadoras y expansionistas del Gobierno de Israel y a su régimen de apartheid y de vulneración sistemática de derechos contra nuestro pueblo.

Hemos visto que el próximo 7 de julio inauguras con tu última película “Julieta” el Festival Internacional de Cine de Jerusalén.

Será una pena que millones de palestinos y palestinas de Cisjordania y la Franja de Gaza no podamos estar allí para verla. Tampoco podrán asistir las más de 6 millones de personas palestinas refugiadas dispersas por varios rincones del planeta: Jordania, Líbano, Estados Unidos, España, Siria… El pasado 20 de junio se conmemoraba el Día Internacional de las personas refugiadas, ¿sabes que la población refugiada palestina es la más numerosa del planeta? Más de 5 millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, millones de personas que se han visto obligadas a buscar cobijo en otros lugares del mundo y a quienes se les deniega el derecho al retorno. Una pena, no podrán disfrutar de tu película.

Todas aquellas personas palestinas que vivimos en Cisjordania, bajo un brutal régimen de ocupación militar que dura ya más de 49 años tampoco podremos hacerlo, porque Israel ha construido un Muro de más de 700 km de largo que limita nuestra libertad de movimiento. No podremos hacerlo porque más de 500 puntos de control impiden que accedan a Jerusalén para trabajar, estudiar, ir al médico o visitar a sus familias. Por no hablar de quienes viven en la Franja de Gaza, una de las zonas más pobladas del planeta, bloqueada por tierra, mar y aire desde hace casi 10 años por Israel. Al igual que aquel título de una película tuya, nosotros nos preguntamos: ¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto?

La comunidad palestina que vive en Israel sí podrá asistir, aunque su arte y su cultura lamentablemente no estarán representadas en el festival. Las personas palestinas residentes en Israel son tratadas como una suerte de ciudadanía de segunda clase ¿Sabes que a día de hoy hay más de 50 leyes que discriminan de manera directa a la población palestina de Israel? De esas 50, hay al menos 6 que coartan, reprimen y vulneran sus derechos culturales y lingüísticos. Es más, aquellos palestinos y palestinas que viven en Jerusalén, ni siquiera podrán votar en las elecciones generales para cambiar estas políticas, porque como residentes permanentes de la ciudad, no son considerados ciudadanos/as y no tienen derecho al voto en las elecciones generales.

Puede que todo esto te resulte familiar, que todo esto te recuerda a una situación ya pasada pero no tan lejana ¿recuerdas a la Sudáfrica del Apartheid? Cada vez son más las voces que hablan del Apartheid en Palestina. Desde académicos hasta defensores y defensoras de los derechos humanos. Activistas, artistas, gentes del mundo del cine y la cultura e incluso personas que, como Desmond Tutú, sufrieron el Apartheid en sus propias carnes.

Inspirada en la campaña de boicot que acabó con el apartheid sudafricano, en el espíritu de la solidaridad internacional, consistencia moral y resistencia a la injusticia y opresión, nace en 2005 la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) a Israel. En el seno de la sociedad civil palestina se hace un llamamiento a todas las personas de conciencia para que se sumen a su lucha por la paz y la justicia, recogiendo sus demandas en estos puntos:

1. El fin de la ocupación de Cisjordania, Jerusalén Este y Franja de Gaza, territorios ocupados ilegalmente por Israel en 1967.
2. El derecho al retorno de los millones de refugiados y refugiadas palestinas que no pueden volver a Palestina.
3. El reconocimiento de la igualdad de la ciudadanía árabe-palestina dentro de Israel.

La mayoría de las instituciones académicas y culturales israelíes y gran parte de sus intelectuales, artistas y académicos han contribuido, directa o indirectamente, a justificar, ocultar o minimizar la gravedad de las violaciones del derecho internacional por el Estado israelí. Han distraído, a menudo inconscientemente, la atención del público y de los medios de comunicación, de las políticas de ocupación, limpieza étnica y Apartheid de Israel.

Uno de los instrumentos más importantes de la propaganda sionista es el programa de promoción cultural “Marca Israel”, a través del cual los ministerios israelíes de Exteriores y de Cultura utilizan la cultura como cortina de humo para hacernos olvidar los crímenes de guerra cometidos por su Ejército que cíclicamente llegan a nuestros televisores.

Muestra de la subordinación de la cultura a estos fines propagandísticos, el exdirector adjunto del ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Nissim Ben Shitrit, declaró abiertamente en un periódico israelí:
“Vemos la cultura y la Hasbara (nombre que el gobierno israelí da a su propaganda) como herramientas de propaganda de primer orden. No diferencio cultura de Hasbara”.

En este contexto, el boicot cultural consiste en confrontar la manipulación de la opinión pública y normalización del Apartheid israelí a través de la cultura. Es por ello que te pedimos que te sumes a la justicia y a la solidaridad, que te sumes a la campaña de BDS y que canceles tu participación en el Festival de Cine Internacional de Jerusalén.

Tú silencio es cómplice, te necesitamos, necesitamos tu voz.

Boicot a Israel.

Comités de Resistencia Popular Palestina
(Popular Struggle Coordination Committee)

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